El Inconveniente
Persona mayor que vende su piso en vida, convivencia de dos personas completamente diferentes o el problema de la vivienda y el hecho de compartirla son temas que ya se han tratado, cinematográficamente hablando, con mayor o menor tiento. La clave y el éxito de esta feel good movie reside en una sólida Juana Acosta cuya fachada se va erosionando lenta pero constantemente, como el trabajo de las gotas de agua que caen incesantes sobre la roca y, sobre todo, en una tan irreverente como sabia Kiti Manver. Ese buen hacer actoral en el que Carlos Areces aporta el constante toque cómico nos sirve una película tan divertida como emotiva y, hasta por momentos, educativa. De las que se ven fácil y además aportan. De las que es conveniente ver de vez en cuando ya que aclaran un día oscuro y despejan un futuro incierto. Eso es lo que nos ofrece esta cinta y, aun sonriente con el regusto de algún buen gag, me despido. Hasta la próxima.